UN PARÉNTESIS EN LA ETERNIDAD
Hemos vistos los ojos de los fantasmas
que nos llaman cada noche.
Hemos vistos los ojos de los fantasmas
que nos llaman cada noche.
Hemos dado vueltas y vuelta en las cama,
tratando de robar un gesto a las cosas.
tratando de robar un gesto a las cosas.
Hemos excomulgado el insecto del silencio
de manicomios y paredones
de manicomios y paredones
donde se fusila el pensamiento,
aún que no todos tratamos de matar
a la propia madre.
a la propia madre.
No todos nos queremos desprender
de ese cordón umbilical,
de ese cordón umbilical,
el de la cédula de identidad,
el de la buena conducta.
el de la buena conducta.
Estamos sujetos a la ley de la gravedad
para que cada quien haga su propias alas
o de salto mortal.
para que cada quien haga su propias alas
o de salto mortal.
Si no somos los redimidos de un dios,
ni los condenados a la hoguera, entonces
ni los condenados a la hoguera, entonces
¿Quiénes somos ? ¿Acaso los señores hamburguesas
o los jueces de una ley física y moral?
o los jueces de una ley física y moral?
¿Donde se extiende la cuerda?
La cuerda que salvara a los culpables,
a los inocentes, a los psicópatas, a los alpinistas.
La cuerda que salvara a los culpables,
a los inocentes, a los psicópatas, a los alpinistas.
Al final la cuerda se revienta y todos van aparar al hueco.
Los señores no puedes con todo un universo,
prefieren señalarnos el ojo del fantasma
o esa estrella que alumbra el calabozo.
¡Ojalá pudiera algún día vomitar
toda esa creencia del bien y el mal!
o esa estrella que alumbra el calabozo.
¡Ojalá pudiera algún día vomitar
toda esa creencia del bien y el mal!
la moral del político, la del religioso,
la de todo pensamiento común.
la de todo pensamiento común.
No hemos agotado nada para conocer
el mundo desconocido,
el mundo desconocido,
vivimos aquí para ser masticados
por las mandíbulas de un ser invisible,
por las mandíbulas de un ser invisible,
ese que desgarra frases,sonidos, cuerpos.
SÍ, el reloj es la pequeña jaula de una fiera,
SÍ, el reloj es la pequeña jaula de una fiera,
donde el abandono de las cosas se convierte
en alimento de una espera,
en alimento de una espera,
de una vigilia infinitamente insoportable,
la de los péndulos que te llaman,
robándote el latido del corazón,
robándote el latido del corazón,
cada mañana,
la del espejo que copia y devuelve innumerablemente
el gesto del gestor , cielo donde se duplica
el gesto del gestor , cielo donde se duplica
el hombre anónimamente.
Vivo en el presente
unido a ese cordón y a ese monologo,
unido a ese cordón y a ese monologo,
escribiendo al dictado el lenguaje del la espera,
el lenguaje que las paredes petrifican
en el dolor,
en la almohada,
en el dolor,
en la almohada,
en el trabajo,
en el corazón.
en el corazón.
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